España y Rusia firmaron un acuerdo marco que abre a las empresas españolas la posibilidad de participar en el desarrollo de los ferrocarriles de alta velocidad en Rusia.
El documento fue firmado por el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Antonio González Marín, y el presidente de la compañía estatal de ferrocarriles rusos, RZD, Vladímir Yakunin, en presencia de la ministra de Fomento Magdalena Á lvarez.
Se trata, según explicó en declaraciones a Efe la ministra, de un acuerdo general de cooperación.
"Lo que hacemos es abrir una puerta a los empresarios españoles para que tengan un sitio en la alta velocidad rusa que empieza ahora", indicó.
Por su parte, Yakunin destacó que el acuerdo es fruto de la larga cooperación que se desarrolla durante los últimos años, y que para mediados de 2008 la parte rusa facilitará toda la documentación necesaria para que las empresas españolas puedan participar en las licitaciones rusas.
En junio próximo RZD anunciará el concurso internacional para la construcción del primer ferrocarril de alta velocidad, que unirá Moscú y San Petersburgo, y antes de 2014 tiene previsto tender otra vía de alta velocidad desde la capital hasta la ciudad de Sochi, donde a orillas del Mar Negro, donde ese año se celebrarán los Juegos Olímpicos de Invierno.
"En Rusia tenemos la tradición de dejar pasar a las mujeres las primeras, así que España ha sido muy astuta", dijo sonriente Yakunin dirigiéndose a la ministra española.
Al mismo tiempo, expertos rusos destacaron a Efe que actualmente España ocupa el primer lugar del mundo por la longitud de su vías de alta velocidad (seguida por Japón y Francia), que en 2020 alcanzarán los 10 mil kilómetros, por lo que su experiencia tiene gran valor para Rusia, que se propone emprender este camino.
Yakunin también comunicó que en el polígono de ensayos de RZD ya se están probando sistemas españoles de cambio automático del ancho de la vía, especialmente prometedor si se tiene en cuenta que la compañía rusa es el mayor transportador mundial de cargas.
El convenio, con un período de vigencia de cinco años prorrogables, define los campos y modalidades de cooperación en áreas como la tecnología, la construcción, el mantenimiento y la gestión, entre otras.
Prevé tres principales áreas de cooperación.