Autoridades del Instituto Panameño de Turismo (Ipat), el Municipio de Boquete y gremios hoteleros planean reunirse esta semana para evaluar el impacto de los daños que causó en ese distrito la crecida del río Caldera el pasado fin de semana.
Fuentes municipales y del Ipat señalaron que todavía no se tiene un cálculo exacto de los daños que sufrió la industria turística en el distrito y que para ello esperan poder reunirse con los empresarios que resultaron afectados.
El alcalde de Boquete, Manolo Ruiz Castillo, dijo que el monto total de los daños se estima en varios millones de dólares, pero evitó especular con una cifra más precisa.
Tres hoteles sufrieron daños mayores cuando la corriente desatada del río Caldera destruyó parte de su estructura por encontrarse en sus riberas: tal fue el caso del hotel Ladera, el Palo Alto Riverside y los apartamentos Rebequell.
Otros hoteles y alojamientos fueron evacuados por prevención.
El hotel Ladera, con solo seis meses de haberse inaugurado, fue el que llevó la peor parte.
La noche del domingo, luego de ser evacuado, recibió el impacto frontal del agua que destruyó la vía de acceso que pasaba por su frente, el lobby , el comedor y la cocina.
Ese día las aguas llegaron hasta el segundo piso del hotel. Pero, aún el miércoles, aunque habían retrocedido notoriamente (ver foto), las autoridades restringían el acceso a las instalaciones.
De hecho, el equipo del diario La Prensa fue obligado a desalojar por la policía mientras recababa información, por el peligro que representaban las estructuras debilitadas.
“Los turistas ya pueden empezar a regresar”, afirma optimista Ruiz, aunque todavía hay zonas de peligro en ambas orillas del Caldera, donde el equipo pesado del Ministerio de Obras Públicas seguía trabajando ayer para quitar piedras, árboles y escombros de la corriente del río, que pudieran representar algún tipo de peligro.
El alcalde de Boquete acotó que se está trabajando “rápidamente” para que todo vuelva a la normalidad lo antes posible.

