La corrosión del acero de refuerzo en el tramo marino del Corredor Sur se debe a que no se tomaron las medidas pertinentes durante el diseño y fabricación de las columnas, afirmó el ingeniero metalúrgico Virgilio Solís González.
En una carta enviada al ministro de Obras Públicas, Benjamín Colamarco, el especialista en ramas de soldadura y corrosión cuestiona la versión del administrador del Corredor Sur, Alejandro Esquivel, quien aseguró que es "normal la corrosión por efecto de la sal del mar".
Para Solís, esta aseveración es engañosa, ya que a pesar de que indiscutiblemente el acero se corroe rápidamente en un ambiente marino, esto no implica que el deterioro de la estructura debe ser permisible.
"Toda estructura de concreto armado en zonas marinas tiene que estar diseñada y fabricada para dicho ambiente, lo que implica la utilización de algún método, en realidad, un conjunto de métodos, para la prevención de la corrosión del acero de refuerzo como: inhibidores de corrosión o microsílica, protección catódica, utilización de varillas recubiertas con epóxicos o inoxidables", afirmó el ingeniero de la firma Soluciones Metalúrgicas.
Durante un recorrido por debajo de los 5.7 kilómetros del tramo marino del Corredor Sur, se pudo observar que la base de las columnas es la más afectada por el salitre. También se puede ver que varias de ellas están inclinadas, mientras que algunos repellos en las vigas muestran manchas de óxido del acero interior.
Consultado al respecto, el presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Martín Isaac, dijo que la durabilidad de las estructuras que están expuestas a la salinidad depende de un plan de mantenimiento.
En el caso de éstas sostuvo que posiblemente, los ácidos grasos que se lanzan a la bahía de Panamá hayan acelerado el proceso de corrosión.

