Esto se debe a que los caficultores de este país se han atrevido a darle un giro a su actividad económica, dejando en segundo plano la comercialización del grano.
Actualmente, en la región denominada “eje cafetero” de Colombia -el suroeste de Antioquia- las fincas de producción se han convertido en hoteles que promueven el agroturismo.
Los productores de café convirtieron las casas de sus fincas en hoteles, adaptándoles algunas comodidades como piscinas, restaurantes, bares-fondas, agua caliente en las bañeras y senderos ecológicos.
La iniciativa empezó a tomar fuerza hace nueve años en Colombia y hoy es muy extraño encontrar una finca de café que no se haya convertido en un hotel.
Los dueños de estos proyectos sostienen que sus clientes no son solamente extranjeros en buscan de mayor contacto con la naturaleza y conocer cómo se produce el café; también se encuentran los propios colombianos que viven en la ciudad y que en su vida han tenido la oportunidad de tener esta experiencia.
Luis Eduardo Zapata, propietario de la Finca Hotel La Gabriela, comentó que incursionó en esta nueva actividad hace siete años, cuando la crisis del café se hacía cada día más grave.
Hoy día los ingresos de la finca hotel superan con creces la cifra que Zapata recibe por las exportaciones de café, que han caído a 2 toneladas anuales.
“Es más rentable el agroturismo. El café no es rentable”, sentenció Zapata.
Pero para este productor, el comienzo no fue nada fácil, dado que tuvo que desocupar su primer hogar para convertirlo en un hotel de 30 habitaciones.
Lo más importante es que el alojamiento en estas fincas hoteles no es costoso. Con sólo 25 dólares una persona recibe una habitación por una noche, con derecho a desayuno, almuerzo y recorrido ecológico.
Los Arrayanes es otra finca cafetera que se ha convertido en un hotel antioqueño.
Esta finca hotel tiene a un costado una planta tostadora de café, que permite a los turistas observar de muy cerca todo el proceso de lavado, secado, tostado y empaque del grano.
Las instalaciones de esta finca hotel cuentan con canchas deportivas, piscina para adultos y niños, chorro de masajes, parque infantil, casa de muñecas, zona de hamacas y fonda típica.
En Panamá, los caficultores chiricanos todavía están evaluando si las fincas hoteles son una alternativa a la crisis internacional del café.
Se puede contar con una mano y sobran los dedos para apuntar a los caficultores de las “Tierras Altas” de Chiriquí que han incursionado en estos proyectos, y eso que para los huéspedes, los precios son poco accesibles.
