El estratega militar Carl von Clausewitz acuñó el término "fricción": "la fuerza que convierte algo aparentemente fácil en algo muy difícil".
La fricción no sólo alude a un clima riguroso o al fuego enemigo. También puede ser una cuestión mental, auto inducida, resultado de "falta de objetivos claramente definidos, ausencia de coordinación, o consecuencia de planes confusos y complicados", de acuerdo a la doctrina de los infantes de marina norteamericanos.
La fricción mental y en materia de organización infiltra también las negociaciones. Cuando aumentan los riesgos, también se acrecientan la tensión y la comunicación errónea.
Es poco realista intentar eliminar toda fricción, ya se trate del campo de batalla o de la mesa de negociaciones. En ambas instancias, usted necesita la autoridad y la firmeza emocional requerida para lidiar pese a la incertidumbre.
La estrategia se complica porque sus homólogos son actores independientes.
