ATENAS, Grecia (EFE). -Los griegos se despidieron ayer, 28 de febrero, para siempre de la moneda nacional, el dracma, la moneda más antigua de Europa que se acuñó por primera vez hace 2,700 años y ha sido oficial desde 1833 con una vida financiera llena de altibajos.
Grecia se integró a la zona de la moneda única, el euro, el año pasado y a partir del 1 de enero de 2002, junto a otros once países, la adoptó como su moneda, con un período de dos meses, hasta hoy, para la adaptación, en el que permitió la circulación de ambas monedas, el euro y el dracma.
A partir de hoy, los habitantes de Grecia harán las transacciones sólo con el euro, y aquellos que no han cambiado sus dracmas podrán hacerlo hasta el 2004 en el Banco de Grecia, para las monedas, y hasta el 2012, para los billetes.
En una ceremonia de despedida del dracma en el centro de Atenas a la que asistieron representantes del gobierno y diplomáticos, la comisaria europea de Asuntos Sociales, la griega Anna Diamantopoulou, declaró que Grecia afirma así su presencia en el nuevo espacio europeo.
Felicitó a los 232 niños de enseñanza primaria y secundaria que fueron premiados por sus composiciones escritas sobre el significado de pertenecer a la zona del euro. El viceministro de Finanzas, Yorgos Floridis, puntualizó la importancia de que Grecia, país de 11 millones de habitantes, pertenezca a la familia de 300 millones de europeos que desde esta noche tendrán sólo el euro como su moneda. Algunos psicólogos griegos han comentado en los medios de comunicación el interés que muestra la gente de todas las edades por adaptarse lo más pronto posible a la nueva moneda.

