WASHINGTON, EU (DPA). La guerra contra Irak traerá consecuencias desastrosas para la economía de América Latina, que sacrificará como mínimo dos puntos del crecimiento que la región hubiera tenido este año, coinciden en anunciar los analistas.
El efecto será muy severo en América Latina. Soy bastante apocalíptico en lo que veo. Creo que esta guerra hará de 2003 un año desastroso para Latinoamérica", dijo a DPA el director de la Escuela de Graduados de la Universidad de Miami, Bruce Bagley, quien se especializa en las relaciones de Estados Unidos con la región.
Argentina tendrá todavía más dificultades para recuperarse. Brasil puede tropezar en el camino. México no va a lograr crecer ni siquiera dos por ciento en todo el año. Los andinos van a reducir sus exportaciones en forma dramática, pronosticó.
Estados Unidos, principal mercado para las exportaciones latinoamericanas, está al borde de una recesión y la guerra contra Irak terminará empujándonos del borde a sus profundidades, explicó por su parte el analista Marc Weisbrot, codirector del Centro para Investigación de Política y Economía.
La región se quedará sin mercado para sus productos, lo cual afectará "primero a México y después a todo el resto de Latinoamérica", señaló Bagley.
En cuanto a lo que suceda con el petróleo, los países importadores sufrirán desde el principio, y los productores, como México o Venezuela, pueden beneficiarse "al principio, si logran aumentar su producción", añadió.
Pero pronosticó que en el mediano plazo será negativo incluso para los productores de petróleo, porque lo más probable es que vuelva a suceder lo mismo que en 1991, cuando los precios aumentaron al principio pero después cayeron a niveles bajísimos.
También sufrirá el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), acuerdo que debería ser firmado en 2005 y cuyo proceso negociador es copresidido por Washington y Brasilia.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la visita que realizó a Washington después de ser electo en enero pasado, anunció que sus hombres negociarían "duramente" el ALCA para lograr un acuerdo que beneficie tanto a América Latina como Washington pretende que beneficie a Estados Unidos.

