L a cadena hotelera española Sol Meliá inauguró en Shanghai, en presencia del ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, el primer hotel de lujo que la empresa gestionará en China, fruto de un acuerdo con sus constructores: el grupo estatal chino Xintian (Suntime) y el cubano Cubanacán.
El hotel, un cinco estrellas de la serie “Gran Meliá”, es un edificio de 30 plantas y 686 habitaciones, y aunque no es el más grande ni el más alto de la ciudad, está situado en pleno corazón financiero, en un punto emblemático desde el que espera construir en pocos años el prestigio de su marca, aún desconocida en China.
El Gran Meliá de Shanghai se suma así a la colección de rascacielos del futurista barrio financiero de Lujiazui donde se encuentra, casi a los pies de la turística torre Perla de Oriente y de los dos hoteles más altos del mundo.
El proyecto, que Meliá podrá gestionar durante 10 años, prorrogables por otra década, permitirá a la firma española “demostrar (en China) que somos grandes operadores, que también podemos operar en esta parte del mundo, y que nuestra marca tiene capacidad suficiente para crear riqueza para los propietarios”.
Así lo explicó a Efe el vicepresidente de mercadotecnia del grupo Sol Meliá, Luis del Olmo, que ve muchas posibilidades de éxito en un hotel que, a pesar de llegar como una marca nueva, tendrá a su favor el atractivo de ofrecer servicios en español, ya que “sólo el mercado español envió a China unos 150 mil viajeros el año pasado”.
Para Meliá, este nuevo hotel es como “la joya de la corona”, aseguró, “porque somos la primera gran compañía española en haber llegado a este nivel (de máximo lujo) y en esta gran ciudad”.
“Aquí tendremos que competir con los grandes operadores de lujo del mundo, y nuestros competidores están aquí desde hace bastante tiempo, y lo están haciendo muy bien”, admitió, por lo que le será necesario un nivel de calidad muy alto para rendir en un mercado formado en un 80% por clientes chinos y orientales.

