Vaca Muerta, el campo de esquisto que, en gran medida, permanece sin explotar en Argentina, se apresta a un ritmo de perforación más veloz que el registrado en depósitos similares en Estados Unidos, dijo el ministro de Energía, Juan José Aranguren.
El funcionario señaló que tomando en cuenta lo que ocurrió en los últimos cinco años en Argentina con Vaca Muerta, el desarrollo allí fue más rápido que el registrado en campos no convencionales en Estados Unidos (EU).
Vaca Muerta tiene las segundas reservas de gas de esquisto más grandes del mundo y las cuartas reservas de crudo de esquisto.
Pero los costos de perforación exorbitantes han hecho difícil para la empresa estatal YPF S.A. atraer socios desde que comenzó a desarrollar el depósito en alrededor de 2010.
YPF fue nacionalizado en 2012. Se han perforado menos de 600 pozos horizontales de esquisto en Vaca Muerta, según un informe de febrero de la Administración de Información de Energía de EU. (EIA)
El esquisto en EU tardó una década en despegar, dijo Aranguren. La perforación y la logística siguen siendo caras en Vaca Muerta, reconoció el ministro.
Un acuerdo este año con los sindicatos, sin embargo, reduciría los costos entre 20% y 25% para los pozos de gas de esquisto, con pozos horizontales bajando a $8 millones frente a menos de $10 millones, dijo.
Eso los sitúa más a la par con los costos en EU. En el campo de Eagle Ford, los pozos horizontales costaron entre 6.5 millones de dólares y 7.8 millones de dólares en 2015, según la EIA.
Propulsor de costos, Aranguren señaló que una reducción de los costos será lo que impulse la decisión del gobierno a desarrollar este año.
El Estado aspira a inversiones de 5 mil millones de dólares. El objetivo del acuerdo es transformar rápidamente 15 proyectos del modo piloto a desarrollos en pleno, dijo Aranguren.
Actualmente, solo dos áreas están en pleno desarrollo: Loma Campana, donde YPF está produciendo con Chevron Corp., y El Orejano, que es una empresa conjunta con Dow Chemical Co. También se negocia un acuerdo similar para reducir los costos de perforación de petróleo y gas natural en la provincia de Chubut.
Si los planes del gobierno para la producción de gas llegan a buen término, Argentina dejará de importar gas natural licuado, o GNL, para 2022 o 2023 y comenzará a exportar a países como el vecino Chile, dijo Aranguren.
Argentina compró 77 envíos de GNL el año pasado y está buscando una cifra similar para este año, según la estatal Enarsa S.A.
Argentina se convirtió en importador neto de gas en 2008; antes de eso, generaba un excedente que vendía a sus vecinos.
