La inflación alemana, un tema con carga política y emocional para los consumidores que acudirán a votar este año, se aceleró al nivel más alto en cuatro años y medio en febrero, superando el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) para la zona euro.
El sector manufacturero también creció al ritmo más fuerte desde 2011, en una muestra más de que la mayor economía de Europa está funcionando a toda máquina.
El dato de inflación generó nuevas peticiones desde Alemania para el fin de la actual política monetaria ultra laxa del BCE, particularmente ante las elecciones federales previstas para diciembre.
La inflación es una línea roja para muchos alemanes cuyas familias sufrieron con la depreciación monetaria y el desempleo generalizado en los años 20 del siglo pasado.
Junto con las tasas de interés en niveles cero del BCE, la inflación está minando los ya magros retornos de las cuentas de ahorro.
“Es momento de que el BCE deje atrás su política monetaria ultra laxa”, dijo el ministro de Finanzas de Bavaria, Markus Soeder, al periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ).
Con un ahorro general de 5 billones de euros (5.2 millones de dólares) y tasas de interés en cero, una inflación del 2% significa que los ahorradores alemanes básicamente pierden 106 mil millones de dólares por año, añadió el funcionario.
Los precios al consumidor, armonizados para compararlos con otros países europeos, subieron un 2.2% interanual tras un aumento del 1.9% en enero, dijo la Oficina Federal de Estadística.
Se trata de la mayor tasa anual de inflación desde agosto de 2012 y es algo superior a la previsión de un sondeo de Reuters de un 2.1%.
El BCE tiene como objetivo una inflación algo por debajo del 2% para el conjunto de los 19 países de la zona euro.

