Entre tanto, las autoridades en Nueva York iniciaban una investigación del papel que desempeñaron los bancos estadounidenses en el multimillonario escándalo.
En Parma, Fausto Tonna, ex vicepresidente financiero de Parmalat, arremetió contra la prensa mientras era trasladado desde la prisión para ser interrogado nuevamente por los fiscales italianos.
"Les deseo a ustedes y a sus familias una muerte lenta y dolorosa", dijo Tonna a los periodistas cuando entraba a la fiscalía en Parma, la ciudad del norte de Italia cerca a la sede de Parmalat.
Los fiscales dicen que Tonna es sospechoso de ayudar a construir una red de empresas en el exterior con activos ficticios que dejaron al grupo alimentario global con un vacío financiero que, según los investigadores, podría superar los 10 mil millones de euros (12 mil 700 millones de dólares).
La crisis de Parmalat explotó hace dos semanas cuando sus nuevos directivos revelaron un vacío en su contabilidad que inicialmente era de 4 mil millones de euros, lo que obligó a la empresa a buscar la protección de sus acreedores.
Enrico Bondi, nombrado por el Gobierno italiano administrador del grupo alimentario, mantiene una serie de reuniones con bancos italianos para tratar de obtener nuevos préstamos de emergencia, que, según reportes de prensa, podrían ser de entre 50 millones y 100 millones de euros.
En Nueva York, han surgido interrogantes frente a los bancos estadounidenses que ayudaron a coordinar la venta de unos 8 mil millones de euros en bonos de Parmalat entre 1997 y 2002.
Inversores estadounidenses compraron más de mil 500 millones de dólares en bonos de Parmalat.
Tanto la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés), como el fiscal de distrito de Manhattan Robert Morgenthau y la oficina de la fiscalía de Estados Unidos en Manhattan están involucrados en la investigación, dijo este fin de semana a Reuters una fuente allegada a la investigación.
Un inspector de alto rango de la SEC dijo el fin de semana al diario italiano Corriere della Sera que la SEC está investigando si Bank of America y otros bancos en Estados Unidos habían sido "negligentes o imprudentes" en su participación en las ventas de bonos de Parmalat.

