WASHINGTON, DC (AFP). -Ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de 184 países reclamaron una resolución de la ONU sobre la reconstrucción de Irak y reafirmaron metas para reducir la pobreza y reactivar la economía mundial, al culminar ayer domingo la reunión del FMI y el Banco Mundial.
El último día de la reunión de primavera boreal de ambas instituciones tuvo como punto principal de su agenda el encuentro del Comité de Desarrollo, instancia que orienta las decisiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que escuchó los pedidos de los países pobres.
El debate sobre cómo estimular la debilitada economía mundial y aliviar la pobreza fue opacado por las consecuencias de la guerra en Irak y el temor de que las divisiones sobre la guerra en la comunidad internacional afecten la marcha de la economía global, disminuyendo aún más la confianza.
"Apoyamos otra resolución del Consejo de Seguridad de la ONU" sobre la reconstrucción de Irak, indicó el sábado el comunicado del Comité Financiero y Monetario Internacional (CFMI), máxima instancia política del FMI, que se hizo eco de una declaración similar del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados.
Si bien las autoridades económicas ofrecieron pocos datos concretos, el apoyo apuntó a distender las relaciones entre países partidarios y opositores a la acción militar en Irak, en la etapa de la posguerra.
Los 184 países miembros del FMI delegaron el tema de la deuda externa de Irak -que podría alcanzar hasta 127 mil millones de dólares según algunas estimaciones- al Club de París, que reúne a los principales Estados acreedores del mundo.
La propuesta informal estadounidense para que se perdone la deuda de Irak a una nueva administración en el país árabe, no fue aceptada por los ministros de Francia, Alemania y Rusia.
"No sólo esperamos que nos devuelvan nuestro dinero, sino que nos devolverán nuestro dinero", sostuvo el ministro de Finanzas alemán, Hans Eichel.
Pero pese a estas diferencias, los ministros y gobernadores de bancos centrales presentaron un frente unido en la "otra guerra", la de la pobreza, bautizada así por el presidente del BM, James Wolfensohn.
"Nos encontramos en un momento en el que la economía mundial enfrenta varios desafíos. Por ello reafirmamos nuestro compromiso con la cooperación multilateral", dijo el sábado el comunicado del G7.

