El gobierno del primer ministro Mario Monti aprobó un esperado paquete de reformas laborales con la promesa reiterada de que crearán un mercado de trabajo más flexible e inclusivo.
Los cambios representan la tercera iniciativa de peso que adopta el gobierno de tecnócratas desde que tomó el poder en noviembre con el reto de sacar del estancamiento a la economía italiana mediante la promoción del crecimiento y la reducción de la enorme deuda del país que constituye el 120% del producto interno.
El Gobierno dijo que la reforma, planteada por la Unión Europea, alentará la expansión económica, creará empleos estables y permitirá que las empresas sean más competitivas.
La nueva disposición laboral que facilita el despido de los trabajadores fue el desafío más duro para Monti.
Con anterioridad había aprobado medidas de austeridad –sobre todo con alzas fiscales– y un paquete de medidas para liberalizar al mercado.
La principal confederación sindical de Italia anunció una huelga general de 16 horas y manifestaciones contra los cambios, mientras los políticos vinculados a los sindicatos dicen que tratarán de modificar las reformas durante su proceso en el Parlamento.
