Kuwait se ha convertido en el primer país árabe del golfo Pérsico en establecer un salario mínimo para los trabajadores domésticos cuyas duras condiciones laborales han sido denunciadas repetidamente por las oenegés.
Un decreto del ministro kuwaití del Interior, Jaled Al Sabah, establece que el salario de base de los asistentes domésticos no tiene que ser inferior a 60 dinares, unos 200 dólares, indicó el periódico Al Anbaa.
El decreto también define la aplicación de una ley adoptada el año pasado por el parlamento, que da a los empleados domésticos un día de descanso por semana y vacaciones pagadas de 30 días al año.
El texto limita además el horario laboral a 12 horas al día, obliga a pagar las horas extras y otorga una indemnización de un mes por año trabajado cuando se termina el contrato.
Human Rights Watch (HRW) y otras organizaciones humanitarias se felicitaron de la adopción de la nueva ley y pidieron a los demás países del golfo que sigan el ejemplo de Kuwait, donde se calcula que hay unos 600 mil empleados domésticos.
Las oenegés denuncian con frecuencia las condiciones de trabajo de estos empleados, la mayoría procedentes de Asia, y que en todo el golfo Pérsico serían unos 2.4 millones.
La semana pasada HRW también criticó a Omán por las condiciones que sufren los trabajadores domésticos y pidió un cambio de legislación.
La organización, que entrevistó a 59 personas, denuncia condiciones similares al trabajo forzado y cuenta entre otros el caso de una bangladesí, Asma K, que empezó a trabajar en Emiratos Árabes Unidos y fue luego vendida a Omán, donde le confiscaron el pasaporte y le obligaban a trabajar 21 horas diarias.
Alrededor del 80% de la población kuwaití es árabe; los kuwaitíes árabes incluyen un gran número de egipcios.
El país a finales del año pasado tiene una población cercana a los 4 millones de habitantes.

