La quiebra de Lloyd Aéreo Boliviano (LAB) parecía inminente el sábado después de que el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) anunciara su decisión de rematar los bienes de la compañía, que ya sólo opera con un avión.
Pese a que los propios empleados de la empresa pagaron el viernes una porción menor del seguro de LAB para que pudiera seguir operando por unos días más, a la espera de que el gobierno del presidente Evo Morales intervenga en el asunto para salvar sus fuentes de empleo, el SIN podría dar la estocada final.
En tanto, el presidente de la empresa, Ernesto Asbún, permanece prófugo de la justicia en medio de denuncias del Ministerio Público de que el juez que intervino en la causa por supuesto daño económico a la compañía contra el empresario Constancio Alcón habría permitido su huida.
Asbún también está acusado de atentar contra la continuidad en la prestación de un servicio público, de evadir impuestos y apropiarse ilegalmente de dineros de LAB.
Además, no cubrió los sueldos ni aportó a la jubilación y seguridad social de los cerca de 2 mil trabajadores de LAB por siete meses. Igualmente, al no haber cumplido con el pago de alquileres por la casi decena de aviones con que operaba la empresa hasta 2005, ella debió devolverlos. La deuda total de LAB asciende, según informes, a más de 160 millones de dólares, de los que 30 millones corresponden al SIN.
