Los acuerdos más importantes requieren un contrato por escrito. Sin importar lo que usted haya obtenido a través de negociaciones ingeniosas, todo eso desaparecerá si el entendimiento alcanzado no se refleja exactamente en los documentos formales. La tarea técnica de ejecutar un acuerdo no es glamorosa, pero es donde muchas batallas se ganan o se pierden. Inclusive si usted está cansado, resista la tentación de permitir que la otra parte "escriba todo". Es mejor que sus abogados y especialistas pongan las palabras exactas, en lugar de buscar su ayuda más tarde para reescribir el memorándum que su homólogo ha destrozado.
Debido a que usted tiene control sobre sus abogados, está en condiciones de decirles qué riesgos está dispuesto a asumir y en qué sectores necesita protección. Por supuesto, sus abogados deben conocer los límites de su responsabilidad. Aunque es tarea de ellos proteger sus derechos e identificar potenciales problemas, corresponde a usted determinar qué riesgos está dispuesto a asumir.
Después de todo, en los negocios, como en la vida, hay escasas certezas. Como asunto práctico, tal vez sea sensato dejar algunos temas sin resolver y otros ambiguos. Sea muy cuidadoso antes de firmar un memorándum o un acuerdo para comprar. Esos documentos podrían obligarlo a reales compromisos.
