Pero en un curioso giro del destino, ahora es el propio Trump el que podría escuchar esas palabras de un grupo de inversores que busca salvar de la bancarrota a su empresa de casinos.
El miércoles pasado se dio a conocer el informe contable de la firma Trump Hotels & Casino Resorts, en que se señala que la empresa tiene problemas "que generan una duda considerable respecto a la capacidad de la compañía de seguir funcionando".
Según los auditores contables, la solución a los problemas de la compañía pasaría por la venta de activos, la bancarrota o una inyección de capital.
La compañía ya ha dicho que está en negociaciones para recibir 400 millones de dólares de parte de DLJ Merchant Banking, una división de Credit Suisse First Boston.
Pero a cambio de la inversión y de una reestructuración de la deuda, esta compañía no sólo se haría con una participación mayoritaria en la empresa, sino que también despediría a Trump de su puesto de director general, quedando tan sólo a cargo de la presidencia del consejo.
El programa El Aprendiz se transmite cada semana por la señal de la cadena NBC y tiene millones de seguidores en Estados Unidos, que lo han vuelto el segundo programa más exitoso del país.
En este reality show , 16 ambiciosos jóvenes luchan por ser el elegido por Trump para quedarse con el puesto de gerente en una de las empresas del magnate de los bienes raíces.
Semana a semana, el millonario sermonea a los participantes sobre la forma correcta de administrar un negocio, y al final de cada episodio, con una sonrisa sardónica, elimina a un participante con la frase: "estás despedido".
El éxito del programa ha sido tal, que Trump busca patentar la frase, y el banco Bank One ya ofrece una tarjeta de crédito de El Aprendiz , que también espera sea un éxito.
La notoriedad que ha ganado el empresario gracias al programa le ha valido estar en la mira de los medios de comunicación, que se dieron un auténtico "festín" informativo con los problemas de los casinos de Trump, aunque en su compañía se apresuren a decir que esta empresa representa menos del 1% de la fortuna del magnate.
Trump, quien en su programa muestra tener nervios de acero, ojo implacable para los negocios y un don de mando digno de un "semidiós" de las finanzas, genera más de alguna antipatía, algo que él incluso parece usar a su favor a la hora de promover no sólo sus negocios, sino también su imagen.
De hecho, en la lista de los "50 neoyorquinos más despreciables del año" publicada por el periódico alternativo local The New York Press , Donald Trump tiene un digno octavo lugar, por encima de personajes como el ex presidente de la bolsa, Richard Grasso.
Lo cierto es que los problemas no son nuevos para Trump, quien vio nacer su imperio de los bienes raíces en la década de 1980, para perderlo en la de los noventa, y recuperarse una vez más a fines de la década pasada.
El magnate, cuyo famoso peinado, de color anaranjado y con un extraño volumen, es blanco constante de las burlas de los comediantes estadounidenses, siempre destaca las dificultades que ha debido afrontar, sus orígenes humildes y la capacidad de levantarse una y otra vez como características que debe tener todo aprendiz
Aunque para él las dificultades que atraviesan sus casinos son menores comparadas con su éxito en televisión, para los accionistas que poseen el otro 53% de la compañía, la salud de Trump Hotels & Casino Resorts no es ningún chiste.
Los títulos, que llegaron a valer 34 dólares en junio del 1996, cuestan ahora tan sólo 2.40 dólares, por lo que seguramente muchos accionistas querrán darle a Trump un poco de su propia medicina, y posiblemente despedirlo.
