Decenas de miles de manifestantes marcharon en París y otras ciudades francesas contra las reformas laborales del presidente Emmanuel Macron.
La protesta a nivel nacional, respaldada por el poderoso sindicato de izquierda CGT, hizo que los manifestantes salieran a las calles en la segunda ronda de oposición pública a los cambios largamente anunciados, que darán más poder a los empleadores a la hora de contratar y despedir trabajadores.
Macron alega que los cambios son necesarios para impulsar la estancada economía francesa e impulsar el empleo.
En varias ciudades de todo el país, los manifestantes agitaron pancartas anticapitalistas y mensajes personales furiosos contra Macron, cuya popularidad ha recibido un bajón recientemente.
En París, miles de personas salieron a las calles para protestar. Según la policía, la protesta contó con la presencia de 16 mil personas, pero los organizadores calcularon que la cifra fue de 55 mil.
Esa protesta fue pacífica en su mayor parte, pero estallaron algunas peleas breves y localizadas entre unas cuantas decenas de manifestantes violentos que portaban capuchas negras y policías antidisturbios que usaron gas lacrimógeno.
Los manifestantes, algunos con carteles con la leyenda “El Estado arruina al pueblo”, marcharon frente al elegante restaurante La Rotonde, donde Macron fue calificado de arrogante por celebrar prematuramente su victoria en la primera vuelta de las elecciones antes de ganar la presidencia.
