Marcopolo, el mayor fabricante latinoamericano de carrocerías de autobuses, pretende vender a otras ciudades de la región, como Lima y Caracas, el sistema de transporte que se adjudicó en Bogotá y Santiago, para lo que planea aumentar la capacidad de su planta en Colombia.
"Nuestra intención es ofrecer el sistema de transporte completo y no apenas los autobuses", dijo el director de estrategias y negocios de la compañía brasileña, Rubén Antonio Bisi.
"Ya tenemos negociaciones adelantadas con las autoridades de Lima y estamos conversando con las de Caracas", agregó Bisi.
El sistema también será ofrecido a la ciudad de Panamá, San Salvador y otras urbes latinoamericanas y africanas.
"Es un sistema que ha demostrado ser efectivo para resolver los problemas de transporte público en las grandes ciudades y que tiene un costo muy inferior al de un metro", dijo.
El Transmilenio comenzó a operar en 2000 en la capital colombiana y cuenta con 417 autobuses articulados de Marcopolo, en tanto que el Transantiago está siendo implantado en la capital chilena, que encargó mil 116 unidades también de gran capacidad del fabricante brasileño, entre ellas 496 articuladas.
Ambos sistemas, basados en los desarrollados en las ciudades brasileñas de Curitiba y Goiania, usan buses articulados o biarticulados de hasta 18.5 metros y con capacidad hasta para 160 pasajeros, que circulan por corredores exclusivos en las áreas de mayor demanda de pasajeros.
Como una especie de metro de superficie, los autobuses tan solo recogen y dejan pasajeros en paradas especiales ubicadas a lo largo de su recorrido y a las que se accede tras pagar la respectiva tarifa.
Según el fabricante brasileño, tanto Transmilenio como Transantiago "revolucionaron el transporte colectivo público en esas ciudades", aumentaron el número de personas transportadas, disminuyeron el flujo vehicular, contribuyeron a aminorar la contaminación y redujeron el tiempo de espera de los pasajeros y de los viajes.

