La construcción de invernaderos para reemplazar los cultivos a cielo abierto en algunas zonas agrícolas del país es una opción que está ganando adeptos entre los productores nacionales, especialmente por la garantía de reducir las pérdidas.
Estos ambientes controlados garantizan incrementar la producción nacional y reducir las exportaciones de diversos productos.
Para Jorge Arango, ministro de Desarrollo Agropecuario, estos cambios en los sistemas tradicionales de producción eran necesarios. Esto quedó demostrado en la crisis generada por los cambios climáticos registrados en los dos últimos años, comenta.
En Panamá ya se cultivan tomates en ambientes controlados, lo que ha permitido aumentar de 12 libras que se cosechan en plantaciones a cielo abierto a 80 libras por metro cuadrado en invernaderos.
La construcción de estos invernaderos está siendo financiada por el Banco de Desarrollo Agropecuario (BDA), con un interés del 0%.
Ricardo Solís, gerente general del BDA, señala que el costo de los invernaderos está entre 9 mil y 10 mil dólares, financiados en un plazo de 15 años.
Por el momento se ha establecido un tope de 25 mil dólares en el monto de los préstamos, aunque se trata de una medida temporal, hasta tanto el Ministerio de Economía y Finanzas (Mef) y la Contraloría General de la República aprueban una partida de 50 millones de dólares para respaldar proyectos a microproductores.
Hasta el momento se han beneficiado 52 productores de la provincia de Coclé con créditos para la construcción de viveros, señala Solís.
Por su parte, el director del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), Eduardo Enrique Carles, indicó que en los últimos tres años el país pasó de 60 hectáreas a 192 hectáreas de invernaderos.
Carles, quien asumirá la cartera del Mida a partir del 1 de julio, indicó que existen proyectos para establecer viveros en la provincia de Panamá Oeste, un área clave para abastecer de productos a los mercados de la capital.
Algunos de estos invernaderos se podrían construir en las zonas altas del distrito de Capira, en donde la producción de hortalizas es el fuerte de esta zona.
En el distrito de Chame, ya existe instalado un vivero, el cual se rige bajo los estándares del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa).

