Los moradores de Cerro Otoe, Boca del Monte, Cerro Hortiga y Cerro Flores en la comarca Ngäbe-Buglé apuestan por los cultivos “organopónicos”. En cajas de madera llenas de sustratos orgánicos (suelo mezclado con abono) los productores cultivan pimentones, habichuelas, tomate y zapallo.
Esto es el resultado de la investigación “Hidroponía, una solución a la pobreza”, que mejora la calidad de vida de la población, avalado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología.
“El proyecto de investigación nos permitió conocer que era más factible desarrollar cultivos organopónicos que hidropónicos, porque en estas zonas rurales fue más fácil conseguir los sustratos y materiales orgánicos”, manifestó Rosa Moreno, administradora de la Fundación Nuestra Señora del Camino, en San Félix, Chiriquí.

