México es hoy un país muy atractivo para la instalación de nuevas fábricas de automóviles, y muchas empresas automotrices de Estados Unidos y Canadá están desplazando sus operaciones, y numerosos empleos, en esa dirección, lo que ayuda a frenar un pronunciado aumento de los precios de los vehículos en esos mercados.
En los dos últimos años, ocho empresas han abierto o anunciado la apertura de nuevas plantas o la expansión de otras ya existentes en México.
La semana pasada Toyota dijo que instalará una planta en Guanajuato para construir el modelo Corolla, que hasta ahora se hacía en Canadá, en tanto que Ford dijo que proyecta construir una fábrica de motores y transmisiones en México.
Salarios y tarifas bajas son el factor que inclina la balanza hacia el país azteca.
Un trabajador de la industria automotriz gana un promedio de ocho dólares la hora, incluidos sueldo y beneficios, comparado con los 58 que percibe un empleado de General Motors en Estados Unidos o los 38 que cobra uno de Volkswagen en Tennessee, que es el salario más bajo pagado por esa industria en Estados Unidos, según el Centro de Investigación Automotriz, un grupo de estudio de la industria con sede en Ann Arbor, Michigan.
