El crecimiento de la oferta monetaria de la zona euro alcanzó un récord histórico en octubre, en un dato que aumentará la preocupación oficial por la inflación, aun cuando las turbulencias financieras fueron las principales responsables del incremento.
El crecimiento anual del agregado monetario M3 se aceleró a 12.3%, tras un aumento del 11.3% en septiembre, superando el récord anterior de un alza del 11.7% alcanzado en julio, dijo el miércoles el Banco Central Europeo.
El avance fue motorizado por un incremento del 41.8% en los depósitos bancarios con un vencimiento de hasta dos años, en una señal de que los inversores vendieron activos riesgosos por los problemas en el crédito derivados de la crisis en las hipotecas de alto riesgo (subprime) de Estados Unidos.
"Hay un efecto por la búsqueda de activos seguros que se ve en un incremento extraordinariamente alto de los depósitos a plazo fijo y en un aumento en los títulos de deuda", dijo Michael Schubert, economista de Commerzbank.
El alza en la masa monetaria debido a cambios en las carteras de inversión, no representa una amenaza inflacionaria. Pero el crecimiento en los préstamos a las firmas y a los hogares se mantiene fuerte, pese al racionamiento en el crédito.
El crecimiento de los préstamos al sector privado subió 11.2% desde el 11.0%.
Los créditos destinados a las compañías aumentaron 13.9%, mientras que las hipotecas ascendieron 7.9%, sin cambios frente al mes anterior.
Un sondeo de Reuters había arrojado en promedio que los economistas esperaban un crecimiento del 11.5% en 12 meses en la base monetaria europea.
"Es muy, muy difícil interpretar estos datos ante la volatilidad en los mercados financieros", dijo Holger Schmieding, economista jefe para Europa del Bank of America. "Pero notamos particularmente que los préstamos a las empresas no financieras y a los hogares se mantienen estables en tasas altas, lo que sugiere que no hay nada en las cifras monetarias que permita proyectar una desaceleración económica serie", consideró el financista.
Según los analistas de Bank of America, todo esto reforzará la tendencia del Banco Central Europeo de ni siquiera considerar un recorte en las tasas.
