El indicador estimado de actividad económica en Argentina frenó una racha de 12 meses consecutivos de caída al presentar en mayo un avance de 2.6% interanual por efecto de la cosecha agrícola, informó ayer el estatal Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La economía se encuentra en recesión desde 2018 y arrastra una baja de 3.1% interanual para los primeros cinco meses de 2019, según el Indec.
El producto interno bruto (PIB) cayó 2.5% el año pasado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) recalculó para este año una caída de 1.3% tras haber estimado inicialmente una reducción de 1.2% en el PIB.
El crecimiento del agro fue formidable, de 49.5% en la comparación interanual, lo cual explica la fuerte incidencia en el indicador final.
La casi totalidad de la industria y el comercio mantienen sus signos negativos.
La cosecha de granos y oleaginosos alcanzó las 156 millones de toneladas, un récord según la Secretaría de Agroindustria del gobierno.
El otro sector de la economía que mantiene altos índices de ganancia es el financiero, con tasas de interés cercanas al 60% que tientan a los grupos inversionistas a comprar letras de la autoridad monetaria.
Las tasas de interés figuran entre las mayores del mundo. El objetivo es desalentar la compra de dólares y no alimentar de este modo aún más una inflación que para los últimos 12 meses registró 55.8% en junio.
El gobierno y el banco central actúan con medidas coordinadas para impedir nuevos saltos inflacionarios y cambiarios que alterarían las posibilidades de reelección del presidente liberal Mauricio Macri en octubre.

