En Barú, provincia de Chiriquí, el cultivo de palma aceitera se apoderó de las mejores tierras agrícolas.
En esta región donde antes reinaba la siembra de banano, plátano y arroz, se cultivan 16 mil hectáreas de palma aceitera, un negocio que hasta el año pasado, según los agricultores, era redondo.
Pero el brote de la llamada “flecha seca” amenaza la producción de aceite vegetal y jabón, que incluso se exporta.
La enfermedad que pudre el retoño de la palma y que, hasta el momento, se desconoce cómo se contagia podría frenar el auge en el cultivo.
Es poco lo que se conoce de esta enfermedad, y los agricultores están angustiados ante el brote de la flecha seca, comenta Robin Ábrego, uno de los mayores productores de palma en la región de Progreso en Barú.
La planta se debilita, el cogollo se pudre y deja de producir los coquitos, fruto que se utiliza para la extracción del aceite.
Ábrego, de 83 años, se dedicaba a sembrar plátano y arroz, pero hace ocho años se cambió al cultivo de palma.
Los costos de producción son más bajos y el retorno económico es más rápido y seguro.
En Barú la tonelada de corozo se paga a 200 dólares. Sin embargo, el precio en el mercado local se rige con un porcentaje del valor del aceite en el mercado internacional.
Las plantas extractoras les pagan a los agricultores el 15.5% del precio del aceite en el mercado internacional.
“Conseguir el financiamiento a tiempo para el cultivo de arroz todos los años era un suplicio, y ni hablar de las variaciones climáticas. Todos los años en estas tierras se registran dos o tres vendavales que arruinan la siembra de plátano, situación que no se vive con la palma aceitera”, dijo Ábrego.
Estos tiempos de bonanza podrían cambiar. En la zona agrícola de Barú se ha incrementado el brote de la flecha seca, enfermedad que hace más susceptible a la palma al contagio de otras plagas, como el ataque del picudo (Rhynchoporus palmarum).
El insecto es portador del nemátodo, que provoca la enfermedad anillo rojo, informó Roberto Sánchez, director de la agencia del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida) en Progreso.
Los principales síntomas de la palma enferma con flecha seca se observan en las hojas jóvenes o el cogollo que se pudre.
En el país se cultivan más de 20 mil hectáreas de palma aceitera.
Para prevenir que la enfermedad continúe su propagación, se les exigirá a los productores el uso de trampas para la captura del picudo.
A través de un decreto, el Mida y la Dirección de Salud Animal reglamentarán el cultivo de palmáceas. Todo aquel productor que se dedique al cultivo de palmas de coco, pixbae y aceitera deberá colocar trampas en sus plantaciones, dijo el funcionario.
Estas trampas están conformadas por una feromona de agregación con un cebo alimenticio a base de caña de azúcar. También se confeccionan con melaza fermentada y agua. Cuando el picudo cae en el agua, queda atrapado y muere, explicó Sánchez.
El origen de los brotes de flecha seca en el país se desconoce. Sin embargo, en el vecino país de Costa Rica la enfermedad ha causado estragos.
Allí se cultivan 35 mil hectáreas de palma aceitera, y solo en la región fronteriza con Panamá se registran 2 mil 300 hectáreas afectadas, según un informe del Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), adscrito al Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica.
Otra posible causa del brote de la enfermedad es que algunos productores están reutilizando las semillas, que muchas veces no son certificadas ni resistentes al ataque de plagas.
Controlar el brote dependerá de buenas prácticas agrícolas que están basadas en un uso adecuado del drenaje (manejo de agua) de las plantaciones, aplicación de abonos y fertilizantes a tiempo.
Cifras del mercado
$200
Precio pagado al productor por la tonelada de corozo.
143
Plantas de palma aceitera se recomiendan sembrar en una hectárea.
4
Cooperativas operan en Barú en el cultivo de palma africana.
