La bandera panameña se mantuvo en la lista blanca del Memorando de Entendimiento de París (París MOU), de acuerdo al informe de 2013 publicado por el organismo europeo.
El MOU París es un acuerdo internacional logrado entre países europeos para garantizar condiciones estándares de seguridad marítima en los buques, a partir de un sistema de inspecciones selectivas de barcos.
En la actualidad hay 46 banderas en la lista blanca, una más en comparación con el año pasado. Francia encabeza la lista, seguida por Noruega y Suecia. Varias banderas han dado un paso hacia arriba. Entre los 10 primeros del listado se encuentran: Noruega, Italia, Reino Unido y Finlandia. Otras banderas han dado un paso hacia abajo, como es el caso de Bahamas y Grecia.
En 2011, Panamá logró pasar de la lista gris a la lista blanca, después de disminuir el número de detenciones de las embarcaciones con bandera panameña.
En el ranking, publicado por el organismo, Panamá aparece en la posición 36 con un total de 6 mil 238 inspecciones y 305 detenciones entre 2011 y 2013.
Panamá es el primer registro de naves del mundo con 8 mil 221 embarcaciones y un tonelaje bruto de 223.2 millones, seguido de Liberia con 3 mil 113 naves y 128.5 millones de toneladas brutas.
Pese a esta posición ventajosa en la flota mundial, representantes del sector marítimo aseguran que el registro panameño necesita una reingeniería para que sea más competitivo con los cercanos competidores: Liberia e Islas Marshall.
Uno de los primeros pasos que se dará en el registro panameño y en la dirección de Gente de Mar es una auditoría por parte de la Organización Marítima Internacional (OMI), programada para el próximo año.
“Hay que hacer una reingeniería en la Dirección de Marina Mercante y un estudio de cómo está la competencia, comparado con otros países del registro mundial”, afirma el exsecretario general de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP), Carlos Ernesto González De La Lastra.
Actualmente Panamá solo tiene el 6% de los buques nuevos, mientras que otros competidores han logrado captar un porcentaje mayor.
“Hay que orientar las oficinas consulares para que sean técnicamente competitivas ante otros registros”, afirma González De La Lastra, quien participó como parte de los asesores de las nuevas autoridades de la AMP, durante la campaña electoral.
Igualmente, añadió, se requiere definir claramente que el registro es un negocio del Estado panameño y no de nadie en particular.
La auditoría que realice la OMI permitirá conocer si las organizaciones autorizadas por Panamá para hacer las inspecciones cumplen con los requisitos. “Permitirá poner orden en el desorden que dejó el exadministrador Roberto Linares”, añadió González De La Lastra.
