Ganarse una beca de estudios en el extranjero se ha convertido en una dura competencia para los panameños.
Aunque han aumentado los cupos que ofrecen las embajadas más activas en la planificación de programas educativos, también ha crecido el número de aspirantes que opta por planes cuyo financiamiento alcanza hasta los 75 mil dólares.
Son costosos paquetes a los que finalmente pueden acceder los más sobresalientes. La tendencia, después de investigar los programas de unas nueve embajadas, es una orientación hacia profesionales que tengan entre 20 y 35 años, que hayan tenido experiencia profesional, que en muchos casos sean bilingües, y que tengan puntajes altos en sus créditos académicos.
La idea es que profesionales maduros y con ganas de aprovechar las clases sean beneficiado con las becas, para que después regresen a sus países y multipliquen sus conocimientos.
En el proceso es fundamental la entrevista personal y los ensayos en los que los estudiantes deben justificar por qué quieren y deberían ser elegidos. En esta prueba se hace un minucioso escrutinio de las habilidades de expresión y escritura del estudiante.
Los panameños no solo deben competir entre sí, sino disputar su sitio con estudiantes de otros países. En algunos programas logran viajar los que saquen las evaluaciones más altas en todo el proceso regional.
Las embajadas de Estados Unidos, Chile, Alemania y Taiwan son las que más plazas destinan al país.
Para que esto siga siendo así es vital que crezca el número de postulaciones, ya que si el país no gana un puesto en las universidades extranjeras, probablemente el cupo sea cedido a otra nación al año siguiente.

