La Unión Europea (UE) llegó ayer a un acuerdo final sobre la patente única europea, un dossier que se ha negociado durante los últimos 30 años y que finalmente se ha resuelto mediante una decisión salomónica.
La sede del tribunal central, que se disputaban Londres, París y Munich, estará en la capital francesa, aunque Reino Unido y Alemania han sido compensados con otros emplazamientos importantes.
La ubicación ha sido el último y más complicado escollo en las negociaciones, de las que hace más de un año se desentendió España e Italia por el régimen lingüístico.
Y es que, a pesar de que la patente europea permitirá a los inventores presentar sus solicitudes en cualquier lengua, emitirá las nuevas licencias comunitarias en solo tres idiomas: inglés, francés y alemán.
Según el acuerdo alcanzado finalmente y anunciado por el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la sede principal del tribunal estará en la capital francesa, aunque la distribución de las oficinas administrativas y de personal se repartirán a partes iguales entre Londres, París y Munich.