La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ofreció a su homóloga rusa, Rosneft, una participación en la empresa mixta Petropiar, dijeron cinco fuentes de la industria, una muestra de la grave situación económica del país sudamericano y de la creciente presencia de Moscú en Venezuela.
Pdvsa le propuso a Rosneft el 10% en la empresa mixta compuesta por un campo de crudo extra pesado y un mejorador con capacidad de 210 mil barriles por día (bpd), y donde la venezolana tiene una participación del 70% mientras que el resto corresponde a la estadounidense Chevron.
Dos fuentes dijeron que la oferta se había hecho como parte de un paquete más grande propuesto a Rosneft, con el que Pdvsa busca recaudar dinero para pagar deudas con proveedores y vencimientos e intereses de bonos.
No está claro si Rosneft aceptará la oferta. Los detalles financieros de la posible transacción no estuvieron disponibles inmediatamente. Pdvsa y el Ministerio de Petróleo de Venezuela no respondieron a las solicitudes de comentarios de Reuters y Chevron y Rosneft se negaron a comentar.
Un potencial acuerdo podría dejar a Chevron, con sede en California, trabajando junto a la estatal Rosneft, que ha sido afectada por las sanciones estadounidenses contra Rusia.
Pero la principal preocupación de Chevron es que la legislación rusa sea menos estricta con la contabilidad y la transparencia que la ley estadounidense, dijo una fuente cercana al asunto.
La propuesta pone en evidencia la necesidad de dinero de Venezuela luego de que su producción de crudo cayera un 10% el año pasado a 2.38 millones de bpd, según la OPEP, agravando una recesión económica que ya acumula tres años.
Rosneft ya ha venido ganando terreno en Venezuela. A principios del año pasado, la compañía pagó 500 millones de dólares para aumentar su participación en la empresa conjunta Petromonagas, de 16.7% a un 40%, la máxima participación para socios extranjeros permitida según las regulaciones del sector.
El acuerdo desató las protestas de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que dijo que la compra era ilegal porque no fue aprobada en el hemiciclo.
Otros críticos también han dicho que la participación se vendió muy barata. En otra controvertida medida, Pdvsa usó el año pasado el 49.9% de sus acciones en su subsidiaria estadounidense Citgo, como garantía de un préstamo de Rosneft.
