En Mauritania y Níger siguen presentes numerosas nubes de langostas mientras que en Senegal y Mali decrecen debido a que la plaga se desplaza al norte, e incluso, y a causa del viento, algunos grupos han llegado hasta Libia, Egipto y Chipre. Hasta hoy la FAO ha recibido 52.4 millones de dólares de los donantes y ha aportado otros seis millones para actividades de control de la langosta.
Además, esta organización, con sede en Roma, ha ordenado más de dos millones de litros de plaguicidas, de los cuales ya se ha entregado la mitad.
Debido a los daños, la FAO tiene previsto solicitar a los países donantes financiación de urgencia para rehabilitar la agricultura lo antes posible y en ayuda de los agricultores más afectados.
A pesar de que las langostas siguen un rumbo hacia el norte, fuentes comunitarias declararon a EFE hace dos semanas que es muy difícil que la plaga llegue hasta España y que si se diese el caso no podrían sobrevivir a causa de las menores temperaturas.
Como ya empezaron las lluvias del verano en el Sahel, es probable que los insectos comiencen a deponer sus huevecillos en una vasta zona que se extiende desde la costa atlántica en Mauritania hasta el Chad, y que podría extenderse todavía más, hasta el Darfur, en el occidente del Sudán.
"Un aumento dramático de las langostas sería un peligro para los cultivos en los próximos meses", dijo la FAO, solicitando más ayuda internacional.
Urge más ayuda internacional para complementar los esfuerzos realizados hasta el momento, en gran medida por los propios países afectados, para evitar que la invasión adquiera proporciones de plaga", dijo la organización.