Las acciones de EADS y de la firma británica BAE Systems caían ayer debido a que los inversores temen que los planes para fusionar las empresas y crear el grupo aeroespacial y de defensa más grande del mundo puedan encontrar obstáculos políticos y regulatorios.
Si las negociaciones reveladas el miércoles pasado culminan en un acuerdo, los accionistas de BAE tendrían el 40% y los inversores de EADS el 60% de un gigante con productos que van desde los aviones comerciales Airbus hasta las naves de guerra Typhoon y los submarinos nucleares Astute.
La combinación más importante en el sector aeroespacial y de defensa de Europa en una década resalta la presión que sufren las empresas del sector para compensar el impacto de la reducción de los presupuestos militares y los menores ingresos del sector comercial.
Sin embargo, el acuerdo necesita el apoyo de Alemania y Francia para desarmar un pacto de accionistas en EADS y, a la vez, el nuevo grupo debe ganarse la confianza necesaria para lidiar con clientes como el Pentágono o los países del Golfo Pérsico.
La canciller alemana Angela Merkel dijo a los periodistas que el acuerdo estaba siendo examinado por Berlín.
En momentos en que los políticos europeos están cautelosos por el empleo –especialmente en Francia donde el desempleo ha alcanzado un máximo en 13 años– el jefe de la unidad Airbus de EADS buscó tranquilizar a su personal respecto al acuerdo.
“Tal combinación fortalecería a EADS y BAE Systems, convirtiéndose Airbus de ese modo en parte de una compañía más sólida en general”, dijo Fabrice Bregier en una carta a los empleados, agregando que el acuerdo no afectaría a la organización, planes de productos, estrategias futuras o de fabricación de Airbus.
“Una fusión permitiría a EADS lograr su objetivo de equilibrar la industria aeroespacial civil (...) con actividades no referentes al Airbus”, dijeron los analistas de Citigroup en una nota.
“No obstante, creemos que lograr sinergias de fusión para la entidad combinada podría ser difícil, particularmente dada la necesidad de resguardar ciertas actividades estratégicamente sensibles”, agregaron, bajando la calificación de las acciones de EADS a “neutral” desde “comprar”.
La agencia Fitch dijo que la fusión tenía un “sentido industrial lógico”, pero señaló que implicaría “un largo y arduo proceso” y requeriría la aprobación de reguladores en Francia, Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña y Arabia Saudita.
El grupo combinado eclipsaría a su rival estadounidense Boeing al mostrar ventas por unos 72 mil millones de euros (93 mil millones de dólares), con base en cifras de 2011. Además, tendría un total de unos 220 mil empleados mundialmente.
El acuerdo implicaría desarmar el delicado pacto de propiedad acordado para EADS desde su creación en 2000 a raíz de una fusión paneuropea.
El grupo francés de medios y aeroespacio Lagardere es dueño del 7.5% de EADS, mientras que el Estado galo posee otro 7.5%.
El fabricante alemán de autos Daimler tiene otro 15%.
El actual statu quo, donde el 30% de EADS está repartido entre manos estatales e industriales francesas y alemanas, podría ser reemplazado por acciones especiales para los gobiernos, lo que les daría el poder de vetar cualquier oferta de adquisición hostil.