OPINIÓN. Un joven arquitecto me preguntó la razón de mi preferencia por las casas adosadas (pegadas entre sí). Creo que el ideal de los panameños es una casa rodeada de terreno por todos lados, con vecinos a conveniente distancia. Este es el concepto de la ciudad jardín, modelo urbanístico propuesto por los ingleses, después de padecer la transformación de sus ciudades medievales, un modelo admirable de ciudad, en un lugar asfixiante, como consecuencia de la revolución industrial que, al construir fábricas en los pocos espacios libres, saturó el terreno, eliminó el sol y favoreció las terrible plagas que azotaron a toda Europa.
La ciudad jardín se convirtió entonces en el modelo ideal, copiado e impulsado en Estados Unidos (EU), como el ejemplo por imitar. Sin embargo, en ese inmenso país sabios urbanistas ya advierten sobre la necesidad de cambiar de modelo e imitar los patrones de Europa, donde cada pequeña aldea semeja un rincón de una ciudad, produciendo siempre conglomerados compactos que propician la circulación peatonal. En Panamá, que copió el modelo de EU al independizarse de Colombia, con el deseo de llevar la vivienda propia a niveles populares, ha reducido tanto los tamaños de los lotes que cuando se construyen casas individuales (chalets) el espacio entre las viviendas se vuelve casi nulo.
Estas casas, aparentemente independientes, se encuentran "vendidas" al vecino. Una señora, dueña de una de esas casas "aisladas", me contó que se había dado cuenta de que el vecino "tenía diarrea" y me agregó: Si me di cuenta de eso ¿Qué no sabrá él de lo que pasa en mi casa?Si nos fijamos bien, veremos que en el casco viejo que todos admiramos las casas son pegadas, que las aulas de las escuelas y de la universidad también lo son, igual que los cuartos de los hospitales, los cuartos del hotel El Panamá y demás hoteles y ¿no son acaso independientes?Tenemos múltiples ejemplos de viviendas adosadas en áreas populares y en casas finas. El inolvidable arquitecto Ricardo J. Bermúdez, quien fuera el decano de la Facultad de Arquitectura y uno de los dos únicos arquitectos panameños honrados como Honorary Fellow of the American Institute of Architecs, cuando le ofrecieron unas casa adosada de dos pisos frente al Club Unión no dudó un momento en vender el lote que acababa de comprar y adquirir una de esas propiedades.
Las veces que lo visité y nos sentamos en la apacible terraza frente a su jardín, me comentó: ¡Esta es la vivienda ideal, ni me doy cuenta de que tengo vecinos! En mi casa, en esa misma calle (y también adosada), diseñé varias claraboyas que me dan luz y ventilación, especialmente a los baños. Nuestros países vecinos centroamericanos y suramericanos utilizan casas adosadas en todos los niveles económicos, exceptuando las mansiones de los grandes ricos. Jóvenes arquitectos aprovechen el cielo, ahora que pueden hacerlo.
El autor es arquitecto y asesor de los compradores de viviendas.
