El presidente de Ecuador, Rafael Correa, resolvió ayer miércoles que el presupuesto del gobierno central para este año ascienda a 9 mil 767 millones de dólares, de los cuales el 28% se destinará al servicio de la deuda pública, en línea con las expectativas del mercado.
La iniciativa presupuestaria del líder nacionalista de 43 años contempla que el país andino realice pagos a sus acreedores internos y externos por 2 mil 738 millones de dólares, una reducción del 4.1% frente al rubro contemplado en el presupuesto global inicial del 2006, que alcanzó 8 mil 564 millones de dólares.
El proyecto de presupuesto que será sometido a consideración del Congreso de 100 miembros no contempla ningún ahorro potencial del proceso de reestructuración de la deuda externa que Correa ha prometido emprender en este año y que mantiene nerviosos a los inversores y entes crediticios por sus alcances potenciales.
El ministro de Economía, Ricardo Patiño, advirtió a los acreedores externos que no deberían cantar victoria por la inclusión de un rubro conservador para el servicio de los compromisos financieros del país, indicando que la reestructuración es una decisión tomada y que los pagos de intereses y capital se harán dependiendo de la situación fiscal.
"El pago puntual será para el gasto social, la inversión productiva y los salarios", dijo Patiño, un economista de izquierda vinculado con movimientos sociales que impulsa la condonación de la deuda de los países subdesarrollados, durante una rueda de prensa en la ciudad portuaria de Guayaquil.
El país prevé destinar de la partida de deuda mil 708 millones de dólares para la amortización de sus pasivos, que ascendieron a diciembre a 13 mil 492 millones de dólares, sumada la interna y externa, según un documento del Ministerio de Economía obtenido por Reuters.
El saldo, unos mil 29 millones de dólares, irían al pago de intereses.
Los acreedores han rechazado cualquier cambio en la deuda por considerar que Ecuador -que declaró una moratoria unilateral en su deuda comercial en 1999- tiene capacidad de pago y por la fortaleza de su economía.
