El sector porcicultor empieza a cosechar sus frutos. En el primer trimestre del año el sacrificio de ganado porcino se ubicó en 3.9% en comparación con igual periodo del año pasado.
Entre enero y marzo de 2018 se produjeron 130 millones de kilogramos de carne de cerdo, según cifras de la Contraloría General de la República.
Los ajustes en el mejoramiento genético, una mejor nutrición y la supervisión de las importaciones, en especial en la época de mayor producción local, están impulsando la actividad en el país.
“La industria se preparó para crecer y se están empezando a ver los resultados. En el mercado local se está comercializando animales con más músculo y menos grasa”, manifestó Oswaldo Díaz, miembro de las juntas directivas de la Asociación de Productores de Cerdos de Panamá (Aprocerpa) y de la Asociación Nacional de Porcicultores (Anapor).
Hasta el año pasado los importadores sobrepasaban la cuota pactada en el tratado de promoción comercial entre Panamá y Estados Unidos y pagaban un precio prorrateado. Esta compra provocaba una saturación en el mercado local en detrimento de los productores nacionales.
En el país los productores trabajan con razas puras, como landrace, yorkshire, chester white y duroc, entre otras, para lograr animales con mejores rendimientos.
La raza yorkshire, por ejemplo, se caracteriza por una conformación musculosa, muy profunda y jamones bien desarrollados. La Landrace, originaria de Dinamarca, es altamente prolífica y su ritmo de reproducción es elevado. En la industria cárnica se caracteriza por buenos rendimientos en canal.
La libra de carne de cerdo pagada al productor oscila entre $1.25 y $1.40. Mientras que el precio al consumidor supera los $4.25.
