El rítmico movimiento de los peces ornamentales, que en antaño adornaban las peceras de residencias y restaurantes, vuelve a recobrar vida en la provincia deChiriquí.
En la comunidad de Boquete cada vez es más común encontrar jardines acuáticos adornados con dos variedades exóticas de peces ornamentales: carpa koi japonesa y carpa koi cola de cometa.
Estas dos variedades de peces, además, están siendo reproducidas en la estación acuícola de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) en Gualaca, provincia de Chiriquí.
El cultivo de los carpas koi ornamentales floreció en China durante la dinastía Qing y en Japón con la era Yayoi. Se cree que los koi traen buena suerte. Al igual que las carpas salvajes, los koi son peces muy resistentes.
En la estación de Gualaca se tiene un banco de reproductoras de 400 peces de las variedades de carpa koi japonesa y cola de cometa. De esas reproducciones se abastecen las granjas acuícolas y los pedidos de algunos interesados en el negocio de confección de jardines acuáticos, informó Ricardo Ríos, jefe de la estación acuícola de la ARAP. Estas especies se caracterizan por llamativos colores rojo, blanco y negro. Cada alevín de carpa koi con un tamaño entre dos y tres pulgadas se comercializa en dos dólares. Los cruces para reproducir estas especies se hacen con base a pedidos, explicó el funcionario.
Cada hembra tiene la capacidad de producir unos 800 mil huevecillos, de los que un 50% logra fecundarse. Estos huevos son colocados en nidos especiales y una vez los alevines nacen se depositan en los estanques.
Este año en la estación acuícola se han producido unos 10 mil peces de estas variedades.
Carpa koi es una de las variedades más comunes que se utilizan para la confección de ornamentales.
Un pez de esta especie puede costar entre 200 dólares y 10 mil dólares, dependiendo de los colores, un negocio sumergido en los estanques.
