En Las Filipinas, Cerro Punta, se encuentra la casa e invernadero de Edgardo Miranda, quien se dedica a cultivar semillas de lechuga romana, repollo y otras legumbres que luego vende a los productores locales.
La técnica permite acelerar el crecimiento de las plantas, ya que cuando se siembran, su germinación es más veloz, lo que resulta en una cosecha más rápida. El método tradicional consiste en hacer un semillero en una parcela para luego trasplantarlo.
Como primer paso, Miranda coloca tierra fertilizada sobre las bandejas y siembra una semilla en cada cubito. A partir de este momento, debe regarla con agua hasta que la semilla comienza a germinar.
A los dos días, la semilla empieza su crecimiento y a los diez días estará lista para sembrarla en una parcela. En el caso de la lechuga romana, después de sembrarla en una parcela, toma aproximadamente 45 días en crecer para que sea cosechada.
El invernadero de Miranda tiene capacidad para sembrar 250 mil plantones de semillas, pero por ahora solo utiliza el 50%. Un total de mil matitas se venden a ocho dólares, o menos de un centésimo por plantita.
“La ventaja de este sistema es que puedes cultivar rápidamente las legumbres y aprovechar el mercado cuando los productos tienen buen precio”, comentó Eduardo Sur, quien tiene más de 20 años de dedicarse a la agricultura en Cerro Punta. Sin embargo, también se convierte en una desventaja, porque cuando todos deciden sembrar un producto al mismo tiempo, inmediatamente caen los precios.
