Una protesta de camioneros por los precios del diésel en Brasil, que está perjudicando el suministro de combustible, alimentos y medicinas, continuaba por sexto día ayer pese a que el presidente Michel Temer ordenó a los militares despejar las carreteras bloqueadas el día anterior.
Las principales ciudades han declarado el estado de emergencia ya que las gasolineras y los aeropuertos se quedaron sin combustible, las estanterías de los supermercados estaban vacías y los hospitales dijeron que se estaban quedando sin suministros.
El transporte público y la recolección de basura se redujeron o fueron suspendidos en todo el país y los precios de algunos alimentos aumentaron. El Gobierno dijo que había menos bloqueos en las principales autopistas de todo el país ayer en comparación con el viernes.
Sin embargo, la principal entidad que representa a los camioneros, Abcam, dijo que no ha cambiado su argumento principal de que cancelarán las protestas sólo cuando se eliminen los impuestos federales sobre el diesel y cuando se publique en el boletín oficial la decisión de eliminar los impuestos federales al diésel.
