PARIS, Francia (EFE). El lujoso Queen Mary II, el transatlántico más grande del mundo, con capacidad para 2 mil 650 pasajeros, soltó ayer amarras del puerto francés de Saint-Nazaire, donde fue construido en menos de dos años, y pondrá rumbo a Inglaterra, tras una breve escala en Galicia.
Con el capitán Ronald Warwick, de 63 años, al timón, el Queen Mary II, el primer transatlántico construido desde 1969, dijo adiós definitivo a Saint-Nazaire, que le despidió con una ceremonia sobria y con la incertidumbre de un carné de pedidos vacío.
Nacido en el seno de una familia de marinos, Warwick tiene el honor de comandar esta auténtica fortaleza flotante, decorada en el tradicional estilo Art Deco de los históricos transatlánticos, como hiciera su padre con el también mítico Queen Elizabeth II.
Aprovechando la subida de la marea, el Queen Mary II abandonó la localidad atlántica de Saint-Nazare por el estuario del Loira en torno a las 14.30 GMT.
Le despidieron con todos los honores los aviones de la patrulla de Francia, que efectuaron tres pasadas sobre el barco, mientras que este salía lentamente del estuario con rumbo al puerto de Vigo.
