Las bancarrotas de Northwest Airlines y Delta Air Lines han profundizado la peor crisis que vive la industria aeronáutica de Estados Unidos desde los colapsos de principios de los 90.
Delta, la tercera aerolínea del país, y Northwest, la cuarta, solicitaron protección de sus acreedores en un tribunal de quiebras de Nueva York el miércoles, acosadas por el mayor costo del combustible, los gastos laborales más elevados y la competencia de las empresas de bajas tarifas, como Southwest Airlines Co.
La solicitud de aplicación del llamado Capítulo 11 de la Ley de Quiebras significa que ahora cuatro de las siete mayores aerolíneas de Estados Unidos están operando en bancarrota por primera vez desde 1991, cuando Eastern Air Lines Inc., Braniff Inc., Continental Airlines Inc. y Pan Am Corp. quedaron bajo amparo judicial. Las empresas usarán las cortes para bajar sus costos y obtener concesiones de los sindicatos.
"La industria está en un proceso de reestructuración radical", dijo George Hamlin of MergeGlobal, una consultoría de transporte de Virginia. "Es un período sombrío".
Delta y Northwest imitaron a United Airlines, de UAL Corp., que opera bajo amparo judicial desde el 2002, y a US Airways Group Inc., en cuanto a acogerse al Capítulo 11. Delta, de Atlanta, informó que tiene una deuda de 28 mil 300 millones de dólares; y Northwest, de St. Paul, de 17 mil 900 millones de dólares.
Con activos de 21 mil 600 millones de dólares, la quiebra de Delta es la mayor del año y la segunda entre aerolíneas detrás de United. Northwest, cuyos mecánicos fueron a la huelga el mes pasado, está tercera, con un patrimonio de 14 mil 400 millones de dólares.
Ambas aerolíneas dijeron que mantendrán sus programas normales de vuelos y los programas para viajeros frecuentes, y Delta envió mensajes a los clientes diciendo que los pasajes son válidos.

