La quiebra de General Motors Corp. llegó a ser algo casi seguro después que el centenario fabricante de automóviles no pudo persuadir a bastantes bonistas de que aceptaran acciones en una compañía de tamaño reducido a cambio de una cartera de deuda de 27 mil millones de dólares.
La oferta de canje de bonos por acciones hecha por GM, el mayor fabricante de automóviles del mundo hasta que su reinado de 77 años llegó a su fin el año pasado, no había obtenido la aprobación requerida de un 90% de los bonistas para cuando expiró el pasado miércoles.
La propuesta formaba parte de los esfuerzos de la compañía con sede central en Detroit para reducir sus deudas en 44 mil millones de dólares antes del vencimiento del plazo el 1 de junio a fin de calificar para más préstamos de rescate.
“La expiración de la oferta de canje de General Motors hace inevitable que se presente la quiebra”, dijo Richard Hahn, copresidente de la división de bancarrota del bufete Debevoise & Plimpton LLP, firma de abogados de Nueva York que no está envuelta en las negociaciones de GM.
La decisión formal de si solicitar la protección del tribunal de quiebras “le toca al consejo de General Motors, y esa junta tendrá lugar en el transcurso de esta semana”, dijo y Julie Gibson, portavoz de GM, quien se negó a revelar la fecha del encuentro.

