MIAMI, Estados Unidos- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, no titubeó en su discurso: los banqueros latinoamericanos deben apostar al microcrédito y al envío de remesas. Ambos mercados crecen como la espuma en la región, pero pocos son los bancos que se han metido de lleno en el negocio para suplir sus necesidades.
En teleconferencia desde Washington, dirigida a la élite del sector financiero que se ha reunido en Miami a propósito de la asamblea anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Moreno recalcó que 7 de cada 10 personas en la región no tienen acceso al crédito, como tampoco 9 de cada 10 empresas.
Este sector alberga a 4 millones de clientes con una cartera de 4 mil millones de dólares y es uno de los pilares que apoyará el capitán del BID en los próximos años.
El microcrédito ha sido visto como un sector de mucho riesgo, sin embargo, las cifras del organismo financiero hablan de una "cartera riesgosa" que no llega al 1%.
Las remesas también se han convertido en un jugoso mercado que bien atendido podría cambiar el esquema de las economías latinas.
Este año las transferencias sobrepasan los 55 mil millones de dólares, pero sólo el 10% de la demanda está siendo atendida.
A juicio de Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento, la canalización de este dinero por medio de la banca representará ahorro y más inversiones.
Se estima que 11 mil millones de dólares provenientes de las remesas –suma que el BID y el Banco Mundial le prestan a la región– pueden ser destinados al ahorro. Se calcula que las remesas representaron la mayor inversión extranjera directa en la región durante el 2004, pero la mayoría de estos flujos de capital se destinaron a gastos de subsistencia y consumo.
"No podemos seguir ignorando esta nueva fuerza económica", dijo Juan Antonio Niño, presidente de Felaban. Coincide con los representantes de los organismos internacionales en cuanto a las prioridades de la banca en los próximos años.
Los bancos, según Niño, han identificado este fenómeno como un negocio con márgenes satisfactorios, pero saben que se puede hacer más.

