La falta de un mercado fijo, el temor de invertir los pocos recursos económicos, y el bajo nivel de siembra de la caña de azúcar para producir este rubro, vienen desde hace años afectando la producción en la provincia coclesana.
Estas razones negativas en contra de los productores motivó a que volvieran a reforzar esta actividad que se ha trabajado a través de varias generacional.
Actualmente, el grupo pertenece a la APAUCO (Asociación de Paneleros Unidos de Coclé) fundada en 1998, tiempo en el cual se reportaron unos 200 productores de panela, los cuales fueron desapareciendo poco a poco.
Testimonios de varios productores en Coclé indican que la actividad significa un sostén económico, por falta de un empleo permanente en sus hogares.
Tal es el caso de Zósimo Guardia, un productor oriundo de Pajonal Centro con más de 30 años practicando la molienda para obtener la panela. "Heredé un trapiche de madera de mi padre, que era tirado por bueyes, de ahí nació la gota de sudor del trabajo que ayudó a alimentar a la familia. Creo que nunca abandonaré esta actividad, y de la misma forma deseo transmitir a los jóvenes esta tradición al igual que lo hizo mi padre", afirma.
Recordó que en su comunidad, años atrás la raspadura era el aditivo para endulzar las comidas y refrescos de los lugareños. Era algo natural, libre de químicos y saludable.
Por su lado, Natalio Murillo, productor de Buen Retiro de Antón y quien lleva ya unos 45 años continuos de sacar la panela, señala que su principal problema ha sido siempre no tener un mercado fijo, pero gracias a su tenacidad logró educar a sus hijos, y obtener la alimentación de su familia.
El trabajo que ahora emprenden estos productores conlleva retos y dificultades que tendrán que afrontar en conjunto por no haber tenido previamente una organización desde sus inicios como paneleros.
Entre los obstáculos figuran evadir el temor a invertir, invadir nuevos mercados, mejorar la presentación de sus productos, sembrar más cantidades de caña de azúcar, ser agresivos en sus ventas, y lograr que se realice una investigación para utilizar la variedad de semilla de caña apropiada para la actividad.
Esta labor, comentan, debe ser realizada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (IDIAP).
Mientras, Bonita De León, coordinadora del departamento Agroindustrial del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) en la provincia de Coclé, señaló que fueron repartidos unos 37 mil dólares como aporte de la embajada de China.
La cifra se aplicó directamente para mejorar las infraestructuras tradicionales que tenían los productores, dotándolos de mejores condiciones sanitarias, equipos e infraestructuras de cemento.
El aporte mejora notablemente la producción versus el tiempo. Tradicionalmente se emplean cuatro horas para producir cinco latas de jugo de caña en panela, mientras que la colocación de dos hornillas para cocinar el jugo de caña absorberá solamente hora y media.
Otra medida que adoptarán los productores en cuanto a asesoramiento, es que la utilización de leña para cocinar el jugo se minimiza, y se emplee el reciclaje directo de utilizar el bagazo de la caña como combustible para sus labores, produciendo bajos niveles de contaminación en el ambiente.
En la provincia existen actualmente unas 20 hornillas, las cuales se encuentran distribuidas en las comunidades de Santa María, Cañaveral, Pajonal, Churuquita, El Marañón, Buen Retiro, El Espino, El Chirú, Juan Díaz, y Cabuya de Antón.
El marco jurídico de este sector esta amparado en la Ley 69 del 26 de diciembre de 2001, el cual tiene como objetivo regular, fomentar y proteger la actividad panelera en Panamá.

