La naviera Maersk, armador del carguero Maersk Tigris retenido por autoridades navales iraníes, debe 10 millones de dólares a una empresa petrolera iraní que fue la que pidió a la justicia de su país que se embargara el barco para garantizar el pago, informaron fuentes de la empresa.
Según explicó a la agencia iraní Fars el director gerente de la empresa petrolera iraní Pars Talayeyhé, Hamidreza Jahanian, la retención del barco con bandera de las islas Marshall se debió a un pedido expreso de la compañía y estuvo amparada en una resolución judicial dictada por un tribunal iraní en un litigio que comenzó en 2003.
“Varios contenedores enviados por Pars Talayeyhé a través de Maersk no fueron entregados a nuestros clientes, lo que arrancó una disputa financiera entre nosotros y Maersk ya en ese entonces.
Maersk tenía problemas con su representante en Irán y se negó a entregar los bienes. Los esfuerzos por llevar el caso con la compañía resultaron inútiles”, explicó Jahanian.
La compañía iraní demandó a Maersk ante un tribunal iraní y la justicia determinó que la empresa recibiera 10 millones de dólares como indemnización, lo que aún no se ha producido.
De este modo, la justicia ordenó a la Organización Marítima y Portuaria de Irán que embargara el barco y estos, a su vez, pidieron a la Armada de la Guardia Revolucionaria iraní, los responsables de la seguridad marítima del país en el Golfo Pérsico, que ejecutara la decisión judicial.
“Si Maersk nos compensa, el barco será liberado. De otra forma, su carga y propiedades, e incluso el barco en sí, serán puestos a subasta y serán vendidos para cubrir las pérdidas infligidas a la empresa”, añadió Jahanian.
La Guardia Revolucionaria iraní detuvo al barco con bandera de las islas Marshall, un Estado soberano asociado a Estados Unidos, mientras transitaba por aguas territoriales del país asiático.
Desde un primer momento las autoridades iraníes insistieron en que la captura del barco no se debía a ninguna cuestión política ni militar, sino al cumplimiento de una resolución judicial, causada por “problemas monetarios”.
El incidente llevó a la Armada de Estados Unidos a enviar un barco de guerra y un avión para controlar la situación. Poco después, el Pentágono anunció que de ahora en adelante la Armada de Estados Unidos escoltaría a los mercantes estadounidenses a su paso por el estratégico estrecho de Hormuz para garantizar que Irán no bloquee el tráfico marítimo en la zona.
