La negociación se extendió por seis meses y finalizó a la medianoche del pasado martes con la firma de un acuerdo de compra en el que supermercados Rey desembolsó 15.9 millones de dólares por la cadena chiricana Romero.
"Es un nuevo matrimonio con una cadena regional que anda bien", dijo Nicholas Psychoyos, presidente del Rey. "Vamos a seguir operando los supermercados bajo la marca Romero".
La cadena Romero factura anualmente unos 60 millones de dólares en sus nueve locales de Chiriquí y Bocas del Toro.
El movimiento del Rey es magistral. Cuando hace un año abrió su primera sucursal en esa provincia, se encontró con un "muro" llamado Romero, que controlaba el negocio en la región.
Los consumidores chiricanos toman en serio el "regionalismo" y en vez de caer las ventas de Romero con la entrada del Rey, estas se duplicaron.
"Es una marca bien posicionada", acepta Psychoyos. "No vamos a cambiar nada. Inclusive su planilla y su gerencia seguirán al frente".
La compra de Romero es la primera adquisición estratégica que ejecuta el Rey. Los planes a corto plazo están enfocados en abrir nuevos almacenes y ampliar la capacidad operativa de los existentes, para atender la demanda que hay en una provincia que se mueve al ritmo de una revolución inmobiliaria que atrae a cientos de extranjeros todos los años. La cadena, fundada en 1921 por Aristides Romero, supera en ventas al súper 99, súper Barú y a su nuevo dueño. "Hemos comprado un negocio fuerte como un roble, que se complementará con la estrategia del Rey", afirmó sonriendo Psychoyos. "Los camiones cargados de productos que recibimos de Chiriquí y volvían vacíos, ahora irán cargados para suplir el nuevo negocio".

