GINEBRA, Suiza (EFE). La Organización Mundial del Comercio (OMC) va camino de su cuarto fracaso consecutivo a solo una semana de que se cumpla el plazo del 31 de marzo para llegar a un acuerdo de principio sobre fórmulas de liberación agrícola.
Nadie cree ya que los 145 países miembros -la Unión Europea cuenta como un solo país- puedan llegar al necesario consenso en las negociaciones de agricultura, cruciales para el éxito del conjunto de la ronda lanzada en Doha en noviembre de 2001 con promesas dirigidas a los países pobres de que sería la del "desarrollo".
No podrá respetarse así otro de los plazos fijados en la reunión ministerial de la capital qatarí, incumplimiento que se sumará a los relativos al acceso de los países pobres a los medicamentos -por la negativa de Estados Unidos a sumarse al consenso- y al trato especial y diferenciado que reclaman los países en desarrollo.
Tampoco se ha respetado el plazo en relación con la implementación de los acuerdos pendientes de la anterior ronda Uruguay, insistentemente reclamados por los países en desarrollo.
En agricultura existe un auténtico foso entre las posiciones, sobre todo del grupo de Cairns, que aboga por el fin de todo tipo de ayudas al sector, y los países que subvencionan fuertemente su agricultura como son los europeos o Japón.
Estados Unidos ha conseguido hábilmente aproximar sus posiciones al grupo de Cairns en sus críticas a los subsidios a la exportación que concede la UE.
No obstante, el incremento de sus ayudas internas al sector, así como sus créditos a la importación y el abuso de la ayuda alimentaria y de otros mecanismos para apoyar a sus agricultores son también fuertemente criticados.
El presidente del grupo que negocia sobre agricultura, Stuart Harbinson, presentó a los países miembros un nuevo borrador revisado de "modalidades" (fórmulas de liberalización), que, al igual que el primero, ha suscitado un rechazo general.
El presidente del Consejo General, máximo órgano soberano de la OMC entre conferencias ministeriales, el uruguayo Carlos Pérez del Castillo, reconocía recientemente ante la prensa especializada que los países se han atrincherado en sus posiciones sin que haya negociación real para intentar aproximar posturas.

