El director general del Grupo Santander, Juan Rodríguez Inciarte, y el director de Riesgos del BBVA, Manuel Méndez, así lo solicitaron durante su intervención en un curso organizado por los periodistas económicos españoles en la ciudad norteña de Santander.
Los responsables de los dos grandes bancos españoles señalaron que el castigo que supone Basilea II para las inversiones en países emergentes puede retraer el interés de muchas entidades en estas zonas, lo que supondría un obstáculo para el crecimiento económico del conjunto de la región y, en definitiva, del resto del mundo.
Ambos directivos destacaron que no dejarán de invertir en Latinoamérica pese al mal tratamiento de este acuerdo, porque "tomamos las decisiones en términos económicos y no regulatorios" y estar en esa región "es muy rentable".
Así lo aseguró el director de Riesgos del BBVA, quien opinó que las nuevas normas de solvencia, que entrarán en vigor en 2006, "están pensadas para los países del G-10" y no para las economías emergentes.
Rodríguez Inciarte y Méndez discreparon, sin embargo, sobre otro de los importantes efectos que podría traer Basilea II: las fusiones bancarias.
El representante del Santander mantuvo que la nueva normativa únicamente dará lugar a "compras selectivas", pero no a fusiones transfronterizas en Europa, porque "no crean valor, ya que no permiten efectuar grandes ahorros de costes ni sinergias de ingresos".
Esta opinión contrasta con la defendida esta semana en el mismo encuentro periodístico por el presidente del BBVA, Francisco González, quien auguró una oleada de fusiones en el sector bancario, con las que muchas entidades intentarán combatir las desventajas que les supone Basilea II.
Los directivos del BBVA y del Santander tampoco se pusieron de acuerdo al referirse a las exigencias de provisiones que mantendrá el Banco de España en la circular que publicará en las próximas semanas para adaptar la regulación española a las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC).
Rodríguez Inciarte afirmó que el Santander está de acuerdo en que se mantenga una normativa más estricta en España, aunque precisó que "nos gustaría tener un grado más de libertad", para decidir si quiere tener exceso de provisiones.
Desde el BBVA, Méndez criticó la mayor exigencia de la normativa española, que a su juicio deja en desventaja competitiva a las entidades españolas.
Sobre cómo podría afectar la implantación de Basilea II a los usuarios, Méndez y Rodríguez Inciarte anunciaron que supondrá en general una mejora en los precios, sobre todo para los mejores clientes y los considerados de menor riesgo.

