Sindicatos de aerolíneas brasileñas le pidieron al Gobierno asumir el control de Viação Aérea Río-Grandense SA, la mayor línea aérea internacional de Brasil, después de que una subasta por la quebrada empresa atrajo ayer una sola oferta de un grupo encabezado por empleados.
Los 125 millones de dólares en efectivo de la oferta no son suficientes para mantener a la línea aérea volando y evitar que empresas de arrendamiento confisquen sus aviones, dijo Graziella Baggio, directora del sindicato de asistentes de vuelo. El ministro de Defensa, Waldir Pires, dijo que el Gobierno no tiene planes de rescatar a Varig, la aerolínea oficial de la selección brasileña.
"No hay efectivo real para la aerolínea en esta propuesta", dijo Celso Klaske, presidente de la federación de trabajadores de aerolíneas brasileñas, en una entrevista telefónica desde Río de Janeiro. "Queremos que el gobierno se haga cargo".

