Esa publicación sostiene que el ministro portugués de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones, Antonio Mexía, dirige la operación, que pasa por la compra de la participación necesaria para el control de PGA al Grupo Espírito Santo (GES), su principal accionista.
Además, según el mismo semanario, el ministerio portugués analiza como segunda opción la fusión de las compañías, debido a la dificultad de TAP para afrontar una operación financiera de esa envergadura.