BOGOTÁ, Colombia (EL TIEMPO). -La preocupación se une al debate que se ha generado por los aranceles para productos agrícolas que presentarán los países andinos en las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (Alca)
La preocupación tiene que ver con el sistema de aranceles variables, que aplican Colombia y otro países para protegerse de las variaciones bruscas en los precios de los productos básicos (commodities).
El temor radica en que en marzo del 2001 Argentina demandó a Chile ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los aranceles variables que usaba Chile. La OMC le dio la razón a Argentina y aunque el sistema arancelario chileno no es idéntico al colombiano, los agricultores nacionales temen que en una demanda similar, el país pierda y se vea obligado a eliminar el esquema arancelario actual.
Entre 1992 y 1993 Colombia adoptó un sistema de aranceles variables similar al que usaba Chile y que básicamente consisten en unas franjas de precios que funcionan como un mecanismo compensatorio que se dispara cuando el precio internacional de un producto sube o baja mucho. En ese momento se procede a reducir o incrementar los aranceles, lo que permite proteger al productor local.
En 1994 los países andinos decidieron implementar el arancel variable que aplicaba Colombia y se fijaron unas franjas de precios similares para todos, que dependiendo del producto, manejan aranceles de 5, 10, 15 y 20%. La idea es que entre los andinos no se cobra ningún arancel, pero sí a los terceros países.
Para muchos sectores como la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la Bolsa Nacional Agropecuaria (BNA) y la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), el sistema de franjas de precios es la única protección con la que cuenta hoy el agro colombiano y por eso es indispensable mantenerlo, por lo menos mientras los precios internacionales de los productos agrícolas sigan estando distorsionados por los subsidios que los países desarrollados le brindan a sus agricultores.
Un estudio reciente del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, revela que los subsidios de los países ricos son de 350 mil millones de dólares anuales, frente a los cuales es muy complicado competir.
Así mismo, solo en Estados Unidos, los costos de producción y las ganancias de los agricultores superan en 45% los precios internacionales.
Condiciones de equidad
"Dado que por los subsidios los precios internacionales cada vez son más bajos, el arancel variable sirve más como un mecanismo de estabilización, que como un instrumento de protección. Sin embargo, es necesario porque le da un tiempo a los agricultores colombianos para que se preparen y puedan competir cuando los aranceles sean de cero por ciento", sostuvo María Elvira Nuñez, economista de la SAC
Igualmente, Diego Miguel Sierra, presidente de Fenavi, considera que el tema de los aranceles no es para proteger exclusivamente el agro, sino la competitividad del país en general.
Los gremios agrícolas sienten que en este momento el sector tiene una protección suficiente, pero temen por lo que pueda pasar en el futuro. Por eso, el ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, ha recibido el apoyo unánime de todos las asociaciones y de un centenar de congresistas, que están de acuerdo con su propuesta de presentar unos aranceles altos en el Alca, como estrategia de negociación.
Así mismo, los gremios agrícolas coinciden en su molestia con los Estados Unidos por haber presionado la baja de los aranceles utilizando el Atpa como herramienta de presión, más si se tiene en cuenta que dicho país no negociará sus aranceles en el marco del Alca, como sí tendrán que hacerlo los andinos, sino ante la OMC.
"Lo que se busca son condiciones de equidad para que haya un verdadero comercio internacional, es decir, que si no hay reducción de subsidios, tampoco puede haber reducción de aranceles", señaló la economista Nuñez.
