TOKIO, Japón (EFE). La permanente tensión en torno a una posible guerra en Irak ha hecho mella en los mercados asiáticos, sobre todo en las plazas más fuertes como Tokio y Singapur, en una semana en la que sólo Filipinas logró cerrar en positivo.
Las fuertes pérdidas registradas en las principales bolsas de Asia respondieron en gran parte a la incertidumbre acerca de la situación en Irak, además de otros factores locales, ya que la mayoría de los inversores teme que, en caso de guerra, los precios del crudo se disparen. De los nueve mercados más importantes de la región, el único que obtuvo ganancias fue el de Filipinas, donde el índice Phisix de la bolsa de Manila se apuntó un ligero 0.60%, ó 6.27 puntos, hasta alcanzar los 1,056.69.
El resto de las plazas vivió una sucesión de jornadas negras a pesar de que muchas de ellas frenaron las pérdidas al permanecer cerradas ayer (Taiwan, desde el miércoles 29) por las fiestas del año nuevo lunar, mientras que las bolsas más fuertes se desplomaron, como Tokio y Singapur. En la bolsa de Tokio, la constante preocupación por una posible guerra entre EU e Irak y más tarde el discurso pronunciado por el presidente estadounidense George W. Bush sobre el Estado de la Unión hundió a su índice Nikkei hasta acercarlo a su peor nivel en 20 años.
Los inversores tendieron a deshacerse de sus acciones ante el temor a que un conflicto bélico afecte negativamente a la economía de EU, de la que Japón, país exportador de automóviles y tecnología, depende enormemente por ser aquel uno de sus principales socios comerciales. Sacudido por la situación internacional y el pernicioso fortalecimiento del yen, el índice Nikkei de la bolsa de Tokio perdió un 4.49% semanal tras hundirse 391.71 puntos hasta situarse en los 8,339.94.
Durante la jornada del viernes pasado, el Nikkei rozó momentáneamente su peor nivel en 20 años al caer hasta los 8,237.03 puntos, su precio más bajo desde el 27 de marzo de 1983, lo cual es un indicio más de que la econo-mía japonesa retrocede a su estado de hace 20 años, cuando todavía se preparaba para emerger, siete años más tarde, como la primera potencia económica del mundo.
